Gracias

Bea Jaen.
14 feb 2018
2 Min. de lectura

Cada noche llore más que la anterior y menos que la siguiente.

También llore mares al ver el sitio donde solíamos ir siempre, caminaba una y otra vez nuestros mismos caminos ¿Y sabes qué? Todo sigue absolutamente igual, cuando tú y yo hemos cambiado tanto. Cada noche antes de dormir me decía hoy será la noche, hoy te olvido…

Se asomaron lágrimas en mis ojos y todas llevaban tu nombre, sentía que la vida se me iba esperando una llamada tuya que al final del día jamás llegaría…

Llore la eternidad, pero también sonreí mares el recordarte, al recordarnos…

Me senté a esperar por ti, pero jamás llegaste a por mí.

Releí una y otra vez aquellas cartas, esos mensajes que me negaba a dejar en el olvido y a borrar no solo de mi móvil, si no de mi vida.

Gracias porque lo único que me dejaste fueron solo simples arañazos a comparación de todo lo que por desgracia he vivido, gracias porque ahora soy mucho más fuerte y solo yo soy la única dueña de mis sentimientos, gracias por hacerme batir el récord de mil y una noche llorando por tu ausencia, por hacerme ver que puedo llegar hacer mucho más feliz “ SOLA” que al lado de alguien, que la felicidad es individual pero que es muy maravillosa poder compartirla al lado de alguien, por hacerme descubrir el bello significado del “AMOR PROPIO” que muchas veces jamás pensé llegar a comprender y hacer de su concepto una parte vital de mi vida.

Gracias por hacerme ver que no todas las cicatrices tienen que ser malas, tengo una cicatriz que lleva tu nombre… Y vaya cicatriz más bonita. Gracias por hacerme ver lo gris del amor y no advertirme que hay corazones rotos de promedio… Y en este caso, fue el mío.

Y que, ahora no soy ESCOMBROS, soy UNA FORTALEZA.

Gracias una vez más, por llevarme a la conclusión que palabras duran más escritas que dichas, que una palabra es, sigue y seguirá siendo una simple palabra, pero que un hecho te puede cambiar completamente la vida, gracias por romper mis sueños que hoy en día se han hecho REALIDADES.

Felicidades y gracias por alejarte de mí y ayudarme a ver que contigo era muy poco, por no desistir a encontrar lo que realmente me merecía, que era alguien grande así como yo, con un corazón que no le quepa en el pecho.

Alguien que me quiera entera y no a medias.